Bienvenidos a una nueva entrada de mi blog. Esta semana voy a volver a hablaros de los romanos de Oriente, los mal llamados bizantinos. Lo haré en el marco de la Renovatio Imperii, que como ya sabéis impulsada por el emperador Justiniano I. Y trataré de narraros como fue el regreso de los romanos a Hispania.
Recordad que ya traté este complejo tema en su día, cuando hablé de La vida del general Flavio Belisario y sus logros militares en dicho sueño imperial. Para ello escribí varios artículos relatando con detalle todas las campañas militares que conformaron la reconquista. Comenzando por el reino vándalo del norte de África y continuando por la posterior campaña de conquista de Italia y el reino ostrogodo.
Evidentemente las campañas destinadas a reconquistar los antiguos territorios del Imperio romano de Occidente iban mucho más allá. Por ello, Justiniano no se olvidó de la antigua y vieja Hispania, pero teniendo a su gran general Belisario, ocupado en Italia, tuvo que pensar en otras opciones. Y en este artículo de hoy, os lo voy a tratar de explicar. Así que, sin más, pasaré a hablaros de los detalles.
Escasez de fuentes históricas
Pero antes de entrar en el meollo, quiero advertiros que encontrar fuentes que hablen sobre esa conquista es algo complicado. Los autores coetáneos al momento, suelen tocarla más bien de pasada, si es que la nombran. Así, hombres como Procopio de Cesárea, sabemos que estaban ocupados narrando las gestas de Belisario en Italia y Oriente. Jordanes, hace mención muy de pasada a un tal Liberio, que fue según él, quien dirigiría el ejército de conquista de la antigua provincia, aunque poco más hay.
Dicho esto, para encontrar el primer contacto entre romanos de oriente y visigodos, debemos remontarnos a tiempos de nuestro amado y querido Belisario. Recordad que fue él quien logró en unos pocos meses conquistar el reino de los vándalos, cuya capital era Cartago. Una vez dominada la región, allá por marzo del 534, el magister militum per Orientem, decidió enviar a un contingente de soldados más al oeste. Concretamente acabaron plantándose frente a los muros de la ciudad de Septem, o lo que sería hoy en día Ceuta.
Y claro, Septem, estando muy cerca de la orilla de Hispania, era una posesión de los visigodos. En aquellos tiempo, y tras algunas crisis sufridas hacía relativamente poco, estos estaban gobernados por un tal Teudis. Cuando los romanos se hicieron con la plaza, las alarmas se dispararon, y Teudis se dio cuenta de que tenía a los romanos más cerca de lo que hubiera querido.
Pero Teudis ya estaba informado…
Según el relato de Procopio en su guerra vándala, era más que posible que el rey visigodo, ya hubiera sido avisado por una embajada vándala enviado por Gelimer. Así, la presencia de los visigodos en Septem, era meramente defensiva, es decir, trataban de tener controlado aquel punto ante una eventual conquista romana.
Y eso fue lo que realmente ocurrió. Ya que los hombres enviados por Belisario tomaron la plaza poco tiempo después. Fue entonces cuando los romanos se establecieron en una cabeza de playa, quizás pensando en la opción de cruzar el estrecho y recuperar Hispania para el poder imperial. Ese debía ser el plan inicial, aunque sabemos que tardaría un poco más en llevarse a cabo.
La guarnición romana de Spetem, posiblemente formada por un contingente de unos 400 hombres, y bajo las órdenes de un tribuno, tenía la misión de vigilar lo que ocurría en Hispania y la Galia. Sí, la Galia, porque además contaba con una pequeña flota de dromones, y con una base avanzada en las Baleares, que habían sido tomadas también a los vándalos.
En ese año 534, parece que Belisario estableció en Ceuta una guarnición de vigilancia, ya que los planes del emperador pasaban por lanzarse a la conquista de Italia. Ya habría tiempo de centrarse en Hispania llegado el momento. Quiero pensar que Justiniano y su plan de Renovatio eran muy ambiciosos.
Los romanos al otro lado del estrecho
Septem quedó bajo la órbita del cargo militar de magister militum Africae, como una especie de avanzadilla. Y al menos así estuvo durante unos cuantos años. En la década de los cuarenta de aquel siglo, el Imperio romano se vio azotado por algunas crisis importantes. Esas, entre las que se halla la temible plaga de peste bubónica de la que también hablé en su día: La plaga de Justiniano, sin duda acabaron por refrenar los afanes expansionistas del emperador. Si a eso, se le añaden las diferentes revueltas en la provincia de África, la situación se complicó mucho.
Teniendo tantos frentes abiertos, con una Italia sin controlar y con los persas renovando las hostilidades, no era prudente comenzar otra guerra. No había ni posibilidades, ni recursos, y si Justiniano hubiera ordenado hacerlo, habría sido un gran error.
Avancemos hasta el año 547, momento en el que la situación dio un giro inesperado. El rey Teudis, aprovechó que la guarnición de Septem era menos numerosa de lo habitual para lanzar un ataque contra la ciudad. Sabemos que una flota de naves visigodas cruzó el estrecho y en un ataque relámpago se hizo con ella. Un control efímero por eso, ya que, al cabo de poco, los romanos volverían a recuperar la ciudad.
¿Quién era Teudis?
Antes de avanzar, aprovechando que sale el nombre de Teudis, creo que debería detener el relato en este punto. Quisiera daros algunos detalles sobre este personaje que se erigió en rey de los visigodos entre los años 531 y 548. Vaya, os habréis dado cuenta que el último año de su reinado corresponde con el mismo en el que es tomada Septem. Pero no nos avancemos.
Teudis no era visigodo, sino que era ostrogodo. Algo sin duda peculiar teniendo en cuenta que se erigió en su rey durante 17 años. Fue un militar que sirvió a las órdenes del rey ostrogodo Teodorico I, quien gobernó en Italia y también en nombre de su nieto Amalarico. Así pues, parece ser que, por algún tiempo, ostrogodos y visigodos fueron gobernados por un solo monarca.
Teudis se convirtió en cierto modo en el regente del joven nieto de Teodorico I, como jefe del ejército ostrogodo que defendía el reino. Este se encargó de congraciarse con la aristocracia hispanoromana y con esa ayuda se convirtió en un ente autónomo del rey. Teodorico se dio cuenta de que Teudis era un hombre poderoso, y se conformó con el hecho de que se convirtiera en protector de su nieto. Era peligroso enojar a un hombre como él ya que podría acabar siendo rey.
Subida al trono del general Teudis
En el año 522, Amalarico fue proclamado rey de los visigodos, bajo la tutela de su propio abuelo en Italia, a la vez que era controlado por Teudis en Hispania. Pocos años después, en el 526, Teodorico pasó a mejor vida y quedó Amalarico como su sucesor. Pero el nuevo rey de los visigodos se vio obligado a ceder a Atalarico I, sucesor del Grande, toda la zona de la Provenza. La frontera de su reino quedó establecida en el Ródano.
El destino del joven Amalarico tampoco pintaba muy claro, y es que sería asesinado tras sufrir una derrota a manos de los francos. Eso permitiría a Teudis alzarse con la corona en el año 531. Aunque no se puede determinar si el general tuvo algo que ver en la muerte del muchacho.
De regreso a Septem
Una vez explicado esto, que creo que era importante, continuemos hablando de nuestros queridos romanos. Tras el embite inicial de los visigodis, que se hicieron con Septem, los romanos no tardaron en reaccionar. Sobre este episodio, y remitiéndome a lo escrito por el profesor José Soto Chica, las cosas es posible que hubieran ocurrido tal que así: Es muy probable que los visigodos hubieran logrado tomar la ciudad, pero no toda. El control del puerto y de la ciudadela habrían seguido en manos romanas. Desde allí, estos habrían reorganizado un nuevo asalto para recuperar el control total de la plaza.
Para todos aquellos que queráis saber un poco más sobre este momento y sobre los personajes que lo vivieron, os recomiendo encarecidamente este libro del anteriormente nombrado, Jose Soto Chica.
Y queda constancia de que acabaron con todas o casi todas las fuerzas visigodas. El fracaso en aquella operación en territorio romano fue un duro golpe para el rey. De nada le sirvió a Teudis haberse erigido en un gran rey. La muerte acechó sobre su cabeza y acabó siendo asesinado. Su sucesor y seguramente asesino, el general Teudisclo, gobernó tan solo un año y acabó de la misma manera que su predecesor.
Y mientras tanto Justiniano…
Lo ocurrido en Septem no cayó en saco roto para el emperador romano. Y es que el tribuno o comes de Septem, contaba con una guarnición potente, de unos 400 hombres. A esta se le debían de sumar los 4 o 5 dromones que tuviera bajo sus órdenes. Lo que añade entre mil y mil quinientos infantes de marina más. Un ejército de cerca de dos mil soldados.
El ataque orquestado por Teudis contra Septem, se convirtió en un reclamo para Justiniano. Hasta entonces el emperador se había conformado con controlar África y no entrar en Hispania. Pero en aquel momento se dio cuenta de que, para tener sus dominios tranquilos, debía hacerse con el sur y el sudeste peninsular. El objetivo de los romanos era proteger las riquezas de África, y para ello, se debía dominar esa parte de Hispania. Y ya puestos a pedir, pues si se lograba la conquista de la antigua provincia pues mucho mejor. Un paso más para la Renovatio.
Pero para saber lo que ocurrió después, deberéis esperar a la siguiente entrada. Por el momento esto es todo lo que os puedo explicar.
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