En la entrada de hoy voy a hablaros sobre el batallón sagrado de Tebas, una de las unidades de combate más prestigiosa de la Grecia clásica. Digo una porqué no fueron los únicos. Si pensamos en esa época los primeros que nos vienen a la cabeza son los famosos homoioi espartanos. Los que combatieron en las Termópilas para frenar el avance del ejército persa de Jerjes.
Pero estos tebanos también lo fueron, y hay que destacar que su mayor gesta fue derrotar a los mismos espartanos en la batalla de Leuctra. Pero vayamos por partes.
Contexto histórico de la Grecia del momento
Tras la victoria de los espartanos en las guerras del Peloponeso, la situación en la Grecia continental varió sustancialmente. La polis de Esparta se convirtió en la potencia hegemónica, sobre todo como consecuencia de haberse alzado con la victoria en el enfrentamiento. Pero la actitud de los espartanos con las ciudades que le habían ayudado a alzarse con la victoria no fue justa. Esparta se quedó con el botín y el pago de los tributos por parte de los derrotados.
Eso hizo que el resto de ciudades se distanciasen de la potencia que lideraba la liga y optaron por no apoyarla en las decisiones que tomaría a partir de aquel momento. Esas diferencias fueron aprovechadas por los persas. Estos veían a los espartanos como una amenaza que se había fijado en su imperio. El oro persa sirvió para alentar a esas ciudades y hacerlas entrar en una guerra abierta con la polis que ostentaba la hegemonía en la Liga.
Esa compleja situación desembocaría en una guerra abierta que sería llamada Guerra de Corinto y que tuvo lugar entre los años 395 y 387 a. C. Tras ese conflicto largo, del cual salió vencedora Esparta (como ya contaremos en otra entrega), la ciudad de Tebas quedó de nuevo bajo la órbita de los lacedemonios. Estos instalaron una guarnición de guerreros en la ciudad e instauraron un gobierno títere y a la vez tiránico en la ciudad. A su vez obligaron a Tebas a disolver la alianza militar con las ciudades que pertenecían a su propia Liga, la Beocia.
¿Qué ocurrió tras la guerra de Corinto?
Pero la situación fue de mal en peor. Algunos tebanos no estaban dispuestos a permitir que los espartanos estuviesen en su ciudad y les dominasen, así que organizaron un plan para acabar con esa imposición. Así fue como en diciembre del 379 a. C., un grupo de jóvenes exiliados, encabezados por un tal Melón y un tal Pelópidas, se colaron en la ciudad y se encargaron de ajusticiar a sus compatriotas que estaban dando apoyo a los espartanos.
Por su parte, Epaminondas y Górgidas asaltaron el presidio de la ciudad y liberaron a los que estaban encarcelados por oponerse a Esparta. Eso les permitió formar un pequeño ejército de cerca de 200 personas, y acto seguido pusieron bajo asedio a la guarnición lacedemonia. Estos resistieron los primeros envites, pero con la llegada de refuerzos, 300 hombres más, optaron por rendirse.
Tras ese éxito, los tebanos los expulsaron y reinstauraron la democracia como forma de gobierno. Tras haberse deshecho de los opresores, fueron nombrados beotarcos (líderes militares de la Liga Beocia) los que habían jugado un papel importante en el asunto: Melón, Carón y Górgidas. Pero los espartanos no iban a tolerar esa acción, y fue así como uno de sus reyes, Cleómbroto, mandó una expedición punitiva contra Tebas. No le salió tan bien como esperaba, y al no tener hombres suficientes tuvo que retirarse sin haber logrado su objetivo.
Y apareció de nuevo Atenas
Esos refuerzos que debían haber llegado, se dirigieron por su contra Atenas, que no había intervenido, por lo menos directamente en los hechos. La ciudad del ática tuvo el pretexto para unirse a Tebas en su guerra contra Esparta. Así fue como la guerra estaba de nuevo servida, y es que los atenienses todavía guardaban rencor a los espartanos por lo acontecido tras su derrota en las guerras del Peloponeso. Pese a que participaron también en la guerra de Corinto, todavía estaban pensando en derrotar definitivamente a su gran enemiga.
Agesilao, el otro monarca espartano fue el que tomó el mando de la campaña al llegar el verano. Reunió a su ejército y se dirigió hacia Tebas, las cual encontró defendida también por un nutrido grupo de hoplitas atenienses. Entonces se retiró pero mandó a un oficial suyo, Fébidas que continuase haciendo incursiones por territorio tebano. Los tebanos salieron de la ciudad, pero no fueron sorprendidos. Más bien al contrario, fingieron huir y los espartanos de Fébidas les persiguieron de manera desordenada. Fue entonces cuando Gorgidas, con un nutrido contingente de caballería, les sorprendió por la retaguardia y les infligió una dura derrota. El propio Fébidas pereció en el combate.
Tras ese éxito, la situación pareció calmarse y fue más o menos por esas fechas, cuando parece ser que el mismo beotarca creó el batallón sagrado.
El batallón sagrado de Tebas
No sabemos qué fue de Górgidas, si falleció o se retiró. La cuestión es que parece que el mérito de comandar esta fuerza de choque suele atribuirse a otro militar tebano, el famoso Pelópidas. Pero entrando en materia, y hablando estrictamente sobre esta unidad, empezaré por decir que se conformó con 300 hombres.
Estos fueron elegidos entre los mejores atletas de la ciudad, y su principal misión consistió, por lo menos inicialmente en ser la guardia de elite de la ciudad y defenderla de cualquier peligro o amenaza. Se estableció su acuartelamiento en la antigua fortaleza del acrópolis de la polis, que recibía el nombre de Cadmea.
En cuanto a la unidad en sí y a sus características, lo más destacable era la composición de la misma. Estaba compuesta por parejas de amantes, concretamente 150. Estaban los erastés, que eran los hombres adultos. Estos gozaban de una buena posición social y tenían una formación militar óptima y experiencia en el combate. Luego los erómenos, los más jóvenes, los cuales eran escogidos por los primeros.
Esta unión entre las parejas era sagrada, de ahí viene la denominación de batallón sagrado. Y eso era porqué las parejas estaban unidas por votos sagrados que les obligaban a permanecer unidos hasta la muerte.
Pero, ¿por qué parejas de amantes?
Aunque se pueda pensar lo contrario, estas uniones no tenían únicamente un carácter sexual, sino que eran afectivas también. El hecho de que la unidad estuviese conformada por parejas proporcionaba una ventaja respecto al resto de contingentes. Esa ventaja era que cada miembro del binomio luchaba a muerte por su compañero y se preocupaba de mantenerlo con vida.
En palabras del historiador Plutarco y haciendo alusión a este tipo de combate en parejas: “porque en los riesgos, los de la misma curia o tribu no hacen mucha cuenta unos de otros mientras que la unión establecida por las relaciones de amor es indisoluble e indivisible; pues, temiendo la afrenta, los amantes por los amados, y éstos por aquellos, así perseveran en los peligros los unos por los otros”.
En cuanto a la panoplia que portaban era la típica de los hoplitas del momento. Los aspis de estos guerreros llevaban pintados o bien una serpiente con forma de ocho (símbolo de la liga beocia) o una maza, la de Heracles, que era el protector de la polis. Como característica de los tebanos, debemos señalar que usaban un tipo de escudo diferente al ovalado tradicional. Uno que recibía el nombre de beocio, y que era más ovalado que los normales. Este tenía aperturas semicirculares en los costados que servían para colocar las lanzas. Eso les permitía sacarlas por los laterales en lugar de por encima de los mismos, que era la forma más común de hacerlo.
Usaban a su vez un tipo de kranos diferente a los demás. Uno de forma cónica, llamado pilos y otro usado por la caballería llamado beocio, que tenía como forma del sombrero.
Organización del batallón y gestas en el campo de batalla
En cuanto a la organización del batallón parece ser que se usaron dos tipos de despliegue de esta unidad. El primero era el que se atribuía a su creador, Górgidas, en el cual las parejas se separaban y se mezclaban entre las tropas regulares, cosa que servía para motivar a los demás. El segundo era según las fuentes, el que usó Pelópidas posteriormente. Este consistía en que el batallón se desplegaba al completo como unidad de élite, combatiendo en primera línea.
Pero, ¿qué hazañas protagonizaron estos hoplitas en esos complejos años? La primera de ellas fue la que protagonizaron en el 375 a. C., cuando Pelópidas decidió atacar la ciudad de Orcómeno, aliada de Esparta. Lo hizo aprovechando que la guarnición de lacedemonios había abandonado la ciudad. Los tebanos, que únicamente iban con el batallón sagrado y con un regimiento de caballería tuvieron que retirarse ya que la ciudad contaba con una guarnición. Pero en esa retirada fueron interceptados por dos compañías de espartanos, que sumaban aproximadamente 1000 guerreros.
La caballería pudo contener a los espartanos mientras le batallón sagrado se organizaba. Cuando se deshicieron de los jinetes, los espartanos, muy superiores cargaron contra los infantes tebanos. Según nos relatan las fuentes, los dos comandantes espartanos fueron abatidos por el propio Pelópidas y eso hizo que la moral de los lacedemonios cayese en picado.
Los tebanos lograron romper el centro de la formación enemiga y la atravesaron, tras lo cual rodearon los flancos. Al verse superados los espartanos huyeron hasta la ciudad. Al finalizar esa batalla, en el 375 a. C., los tebanos y los espartanos firmaron la paz.
Leuctra y el fin de la hegemonía de Esparta
En el 371 a. C., concretamente el 6 de julio, los ejércitos de ambas ciudades volvieron a verse las caras en Leuctra. Allí tuvo lugar una nueva batalla que decidiría quien se quedaría con la hegemonía de Grecia. El rey Cleómbroto reunió un ejército de 10 mil hoplitas, entre espartanos y aliados y 1000 jinetes. Después invadió la región de Beocia, rompiendo así el tratado de paz que se había firmado en su momento.
El encargado de comandar al ejército tebano que contaba también con algunos aliados, fue otro general, el beotarco Epaminondas. Este plantó cara con un ejército bastante inferior en número, de entre 6 mil y 7 mil efectivos. Como era usual, el contingente espartano formó a la derecha, el lugar de honor. Pero Epaminondas varió la táctica y en lugar de formar con 12 filas de profundidas, las amplió hasta 48 en su ala izquierda. Este era el que se debía enfrentar a los espartanos.
El ala izquierda tebana aplastó a los espartanos, causando gran mortandad. Entre los fallecidos estaba el mismo rey. Cuando el resto del ejército aliado, vio que los espartanos habían caído, procedieron a la retirada. Tras esa derrota, la Liga del Peloponeso se desmembró y muchas de las ciudades aliadas de Esparta se independizaron. Algunas de ellas pasaron a formar parte de la Liga Arcadia, que comandó desde ese momento la ciudad de Tebas.
Aunque la hegemonía tebana tampoco duraría mucho tiempo, ya que tras la batalla de Mantinea en el año 362 a. C., Tebas quedó tocada de muerte. Pero esa ya es otra historia que os explicaré en otra ocasión.
Nos vemos la semana próxima en una nueva entrada de ¿Sabías qué?
Sergio Alejo
Autor de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva
Deja una respuesta